En el parto se suele aplicar en muchos casos una anestesia denominada epidural, que provoca en la paciente un alivio del dolor. La mayoría de las mujeres en esta situación solicitan que se le aplique esta medicación, de forma consentida, pero en la práctica es una aplicación que puede dar lugar a una negligencia médica por su aplicación.
Pese a que la aplicación de la epidural debe suavizar los dolores de la madre, una incorrecta aplicación puede llegar a provocar graves consecuencias.
Como vemos, una incorrecta aplicación de esta inyección puede ser administrada de manera incorrecta en diferentes formas que provocan negligencia:
- Epidural administrada en un lugar incorrecto.
- Dosis de epidural excesiva, por sobre la recomendada por las características de la paciente.
- Alergia a la medicación aplicada en la anestesia peridural.
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Contacte con nosotrosAfecciones que puede provocar la epidural
En general, esta negligente aplicación provoca lesiones en las raíces nerviosas o en la médula espinal. Estas lesiones pueden tener como consecuencia la pérdida de la sensibilidad en las piernas, pérdida de fuerza, paraplejia o hasta incontinencia fecal en la madre.
Una de las situaciones que puede darse es que los profesionales médicos no presten atención a esos efectos secundarios desde la primera aplicación o no hayan actuado frente a los primeros síntomas. Esto en muchas ocasiones se debe a un alta rápida de la paciente de los centros médicos.
Aumenta el riesgo de enfermedades neurológicas
Según estudios realizados, se considera que la anestesia epidural puede llegar a afectar funciones neurológicas en la paciente, ya sea tanto de manera temporal como permanente.
Puede traer dolores de cabeza intensos, que duran de una a dos semanas después del parto y con complicaciones aún más severas.
Se estima que entre un 0,08% y un 0,92% de las mujeres que han tenido un bebé sufren de neuropatías periféricas, que influyen en los miembros inferiores, debido a la aplicación de la epidural.
Puede afectar el sistema nervioso central
Una incorrecta aplicación de la epidural durante el parto afecta a los nervios en la zona de la aplicación, y hasta podría dañar el sistema nervioso.
El riesgo de sufrir daños en el sistema nervioso temporal afecta, según estudios realizados, a una de cada mil mujeres, y de forma permanente a una de cada trece mil.
En ciertos casos puede lesionarse en nervio ciático, que se recupera en las primeras semanas después del parto, pero en otras ocasiones la lesión puede ser más severa y provocar parálisis y otras complicaciones nerviosas.
Puede alterar la columna vertebral
Entre un 20 y un 40% de las mujeres que eligen la aplicación de la epidural sufren de lumbalgia después del parto, porque los efectos del esfuerzo realizado se alargan en el tiempo y por la zona afectada en la aplicación de la epidural.
Tras el parto pueden también aparecer otras complicaciones, como la meningitis, abscesos o sangrados en la columna. Actuar con rapidez puede hacer que se prevengan patologías que pueden derivar en problemáticas crónicas.
Por todo ello, hay situaciones indicativas del error en el suministro de la inyección de anestesia peridural, cuando aparecen los mareos, los dolores punzantes en las extremidades o en zonas lumbares.
¿Es posible reclamar indemnización por esta negligencia?
Las negligencias médicas por una incorrecta aplicación de la epidural durante un parto pueden reclamarse y la mujer ser indemnizada por los daños y perjuicios ocasionados.
A parte de los daños sufridos y de las secuelas físicas o psicológicas que pudieron haberse producido en la paciente, se puede también solicitar un reembolso de las cantidades que se tuvo que pagar para:
- Hacer frente a los tratamientos de fisioterapia y rehabilitación.
- Por la erogación en la adaptación de obras en los domicilios.
- Por las sillas de ruedas o de otros implementos para permitir la circulación de la persona.
Junto con la demanda por las negligencias se reclamará también una indemnización no solo por las secuelas ocasionadas, sino también por esos gastos que debieron realizarse para afrontar las consecuencias de la mala praxis.
Documentación a presentar para reclamar
Para la solicitud de reclamación frente a una negligencia médica se debe contar con el historial clínico desde un mes antes del parto, por lo menos.
Esa historia clínica debe incluir los siguientes documentos:
- Un consentimiento informado con la conformidad sobre la aplicación de la anestesia.
- Un informe quirúrgico del parto.
- Un informe sobre la aplicación de la peridural que incluya: la fecha y hora en que se inyectó la epidural, la cantidad de dosis suministrada, la zona donde se aplicó y las complicaciones que pudieran presentarse.
- Un informe del tratamiento realizado después del parto.
- Los informes diagnósticos que se practicaron con la paciente.
- A parte de los informes que se vinculen al parto, son importantes ciertos documentos como el consentimiento informado de anestesia, ya que en ocasiones la visita al anestesiólogo se hace un día antes del parto.
- Lo mismo ocurre con los informes posteriores que se hagan sobre la paciente y su diagnóstico. Hay que recordar que los más importantes son los documentos del ingreso y los que rodean al momento del parto.
Cómo proceder si se sufre una negligencia médica
Por la complejidad de los procesos que se relacionan a las negligencias médicas, se debe contar desde un primer momento con un asesoramiento legal lo antes posible, para analizar el tipo de denuncia a efectuar y los distintos procesos que existen.
La experiencia del profesional podrá dar seguridad a la víctima y conseguir una guía profesional durante el proceso, que incluye:
- Identificar cuál es la negligencia y la persona que se considera que la ha cometido.
- Hacer la presentación de la reclamación en el centro hospitalario o médico correspondiente. Se debe redactar un escrito al responsable del hospital y al profesional que estuvo involucrado.
- Acudir a los tribunales, donde dependerá de qué tipo de jurisdicción corresponda en lo administrativo. Puede ser la jurisdicción civil en lo referido a la sanidad pública, o a la jurisdicción penal si queremos que los responsables tengan una pena acorde al delito.
- Presentar las pruebas que acrediten la demanda, como son los informes periciales. El perito médico es fundamental para poder demostrar que se cometió una negligencia. Este profesional se encargará de hacer un análisis del caso y estudiará el tratamiento médico que se le dio a la paciente, estableciendo si hay errores médicos o fallas humanas.
Para hacer las reclamaciones hay que tener en cuenta que no se dispone de mucho plazo de tiempo, por lo que siempre conviene no perder tiempo y estar bien asesorado por un profesional de la abogacía.